El principio

Hay que empezar por el principio...como si fuera fácil saber cuál es.

Recuerdo el primer día que ví a Gururaj; pero ese no fue el principio. Ni siquiera cuando comencé mi búsqueda espiritual fue el principio. Quizá ni siquiera empieza en esta vida.

Pero si recuerdo ese primer día en que me acerqué hasta San Lorenzo de El Escorial a escuchar, desde muy atrás, a Guruji.

Una invitación que me hizo Mario Arregui en agradecimiento al trabajo que había desarrollado duplicando cintas de cassete del Maestro. Una invitación que esperaba, dados mis escasos recursos económicos y dada la enorme ilusión que en mi se había despertado, paradójicamente tras escuchar durante días las cintas de Gururaj ,de las que casi nada entendía por su inglés con acento indio.

Aquella primera mañana, oculto entre el público, lleno de miedos y prejuicios, alcé mi cámara con teleobjetivo y, desde esa impunidad que nos confieren los cristales, comencé a disparar.

Los nervios y el enfoque manual no son buenos amigos y fue enfocando su retrato cuando descubrí que me había descubierto. Vi que me veía y, sobre todo, que me miraba.

Dejó de hablar y comenzó a posar mientras seguía disparando fotos.

Quienes le conocimos sabemos de su alta capacidad como actor, entre otros roles, y así entre sus gestos y bromas y entre mis miedos y nervios comenzó nuestra unión.

Al verlo a través del zoom, sentí que se adueñaba de mi y yo me dejaba.

Aún hoy sigo enamorado de esa mirada, profunda y cariñosa.

Al terminar el Satsang me llamó a su habitación, quería conocerme y que le hiciera un reportaje para la prensa.

Ahora si que temblaba.

Con mis pobres medios colgué una tela de satén azul marino como fondo en la pared de mi habitación.

Esas fueron mis primeras fotos. Ese día me convirtió en su fotógrafo. Hasta que un día como hoy, nos dejó. Aunque nunca se marchó.

Namasté

Firo

The beginning

One is supposed to start from the beginning…as if it was easy to know what the beginning is.

I remember the first day I saw Gururaj, but that was not the beginning. The beginning was not when I began my spiritual search either. Maybe it does not even start in this life.

However, I remember the first day I went to San Lorenzo de El Escorial to listen, from the very back of the room, to Guruji.

An invitation from Mario Arregui as gratitude for the work I had done copying cassette tapes from our Master. An invitation that I expected, given my low economic income back then, and the huge excitement that had awoken inside me, ironically after listening for days the tapes from Gururaj, which I could barely understand due to his (to me) difficult English accent.

That first morning, hidden in the crowd, full of fear and prejudgments, I rose my camera with the large zoom lens and, from the freedom one feels behind the lens, I started shooting.

The jitters and the manual photo zoom are generally not good friends, and I was zooming on his face when I realized he had discovered me. I saw he was seeing me, and most of all, he was looking at me.

He stopped talking and started posing while I continued shooting photographs.

Whoever knew him knows about his great acting skills, among other roles, so between his gestures and jokes, and my fears and jitters, our union began.

When seeing him through the lens I could feel he was owning me, which I was allowing.

Today I am still in love with that look, deep and warm.

When the Satsang finished he called me into his room: he wanted to meet me and he asked for a photo coverage for the press.

Now I was shaking.

With my poor resources, I hang in my room a dark blue piece of fabric as a background.

Those were my first photos. That day I became his photographer. Until a day like today when he left us. Although he never went away.

Namaste

Firo